Pero no escribo esto como un tratado de genealogía ni nada por estilo, no se confundan con el título, la realidad éste nació hace un par de años por la necesidad de clasificar una característica que nos hace similares en nuestra familia… el mal genio…
Sangre de chinche lo llama mi mujer, y es que de mi padre y tal vez de antes hemos heredado una cierta facilidad para molestarnos rápidamente y acalorarnos en discusiones hasta por los motivos más cotidianos, “Me da vergüenza salir a cualquier lado con ustedes!”, decía mi madre, bajo el contexto de las enormes peleas entre mi hermano y yo, y en este punto, con un hijo de tres años y otro de año y medio, estoy viendo que el famoso gen ha pasado a una nueva generación…
Anoche, y después de un enfrentamiento en el que hubieron llantos, mordidas y más de un juguete volando por el aire cual proyectil en busca de la cabeza del oponente, no pude dejar de pensar en lo parecidos que debimos ser mi hermano y yo, aunque sólo recuerdo las grescas cuando yo tenía once y el ocho, pero el hecho es el mismo: me esperan años de quejas a la llegada del trabajo… es como oír a mi viejita: “Ya van a ver… esperen a que llegue su papá…”
Al paso que van pelean por todo… porque uno quiere ver Discovery Kids y el otro Disney Channel… porque si uno me abraza el otro desea apartarlo, porque ambos quieren el mismo juguete, y cuando lo consigue, quiere el que tiene su hermano, si hasta que el se termina primero la leche quiere quitarle la mamadera al que aún tiene…
Ya decidí que regalarles para navidad; a uno una baraja de naipes y al otro unas paletas de pin-pon (así comparten), aunque creo que lo más factible es que uno aprenda a jugar solitario y el otro juegue squach con la pared antes de jugar juntos, y luego pelear por usar el juguete del otro…
Shuuuuu... q pasó con este muchacho?